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Desmontando mitos alimentarios. ¿Se pueden mezclar varios alimentos en una comida?

192 ANGELA

Generalmente suele haber muchas dudas en cuanto a temas alimentarios, soy perfectamente consciente de que a veces puede ser difícil discernir de forma correcta tanta información y si a ello añadimos costumbres y creencias ancestrales se forma un batiburrillo que resulta difícil de esclarecer.
Sin ánimo de ofender ni criticar a nadie, la mayoría de estos bulos suelen ser producto de dos cosas: primero de la profunda incomprensión de la bioquímica y fisiología básica de la digestión humana y en segundo lugar, a día de hoy existen influencias de antiguas tradiciones culturales cuyo enfoque metafísico de la digestión no tiene nada que ver con lo que verdaderamente ocurre a nivel molecular dentro del organismo.
Una de las preguntas que más suelen hacerme es si es verdad que mezclar proteínas y carbohidratos hace que las digestiones sean más pesadas. Los defensores de estas afirmaciones argumentan que combinar proteínas y carbohidratos reduce la acidez del estómago, esto haría que tanto los carbohidratos como las proteínas se quedaran a medio digerir provocando pesadez y fermentación de estos alimentos en el estómago. Para empezar, la principal función del estómago es la de mezclar los alimentos y en segundo lugar sólo un diez por ciento de las proteínas se digieren en el estómago gracias a la pepsina gástrica; el otro noventa por ciento de la digestión se lleva a cabo en el intestino delgado. Además, las células que cubren el estómago secretan ácido gástrico durante todo el proceso digestivo y no es cierto que dejen de producirlo mientras haya carbohidratos en el estómago.
Aunque es verdad que la enzima pepsina gástrica requiere de un ambiente ácido para ser activada, los almidones no disminuyen la acidez del estómago más de lo que lo hace cualquier otro alimento. Cuando el estómago está vacío tiene una acidez, cuando está lleno tiene otra, pero sigue siendo ácido; no hay nada que inhiba la secreción de ácido excepto que se esté tomando un antiácido o un protector gástrico. Cuando los alimentos pasan al intestino delgado la función de la pepsina termina y empiezan a segregarse otro tipo de enzimas que se encargan de terminar con la el proceso digestivo tanto de proteínas como de almidones.

Subestimar a nuestro cuerpo sólo significa desconocimiento, como he explicado en otro artículo sobre pH en esta revista. Nuestro organismo tiene sus propios mecanismos para controlar los niveles de pH (acidez) y cada enzima es segregada para trabajar justo donde se libera. No hay un trozo de carne que llegue intacto al intestino grueso, ni siquiera a las personas cuyo estómago se les ha quitado les pasa eso. Cuando comemos, se liberan una serie de enzimas sin tener en cuenta lo que se come, incluso cuando se ingiere azúcar, el cuerpo segrega enzimas para digerir grasas, todo eso forma parte del proceso digestivo. Esto quiere decir que no es cierto que la combinación de alimentos anule la capacidad del organismo de digerir cada uno de los nutrientes como corresponde.
Por otro lado, también he oído decir que quienes comen carne, esta llega y se pudre en el intestino; si eso llegase a ocurrir es porque probablemente ya hemos fallecido, ese argumento no puede ser más absurdo. Estos comentarios normalmente se escuchan en personas que no comen carne y eso es algo absolutamente respetable pero lo de que la carne se pudre en el intestino es una afirmación que no la soporta ningún hecho científico. Si eso fuese así todo mundo estaría enfermo. Las proteínas de origen animal son altamente digeribles, romper los aminoácidos de la carne es un trabajo muy fácil para las enzimas y la carne es absorbida por completo en el intestino delgado, es decir, que esta ni siquiera llega al colon donde hay una alta carga de bacterias. Sin embargo, es probable ver semillas de sésamo en la materia fecal pero pedazos de carne intactos, eso ¡nunca! El hecho de tener flatulencias, es debido a la presencia de alimentos como las fibras vegetales indigeribles (fruta, verduras, pieles, cáscaras de semillas, salvado, almidones, legumbres) y también a los azúcares como la lactosa que llegan al colón intactos o semi-intactos, para que más tarde, las bacterias del lugar hagan su trabajo que es el de digerir lo que el intestino delgado no ha podido. Ese tipo de fermentaciones bacterianas son las únicas que se producen y son sanas y deseables para nuestro bienestar. Un tema muy aparte es la de tener colonias de bacterias indeseables en nuestro colon que al entrar en contacto con ciertos alimentos forma sustancias tóxicas, pero eso es otro tema que hemos discutido en la revista del mes anterior.
No suelo indicar a las personas que coman carne, de hecho creo que es más que suficiente con hacerlo una o dos veces a la semana, pero mis sugerencias tiene una inclinación preventiva debido a que las carnes traen grasas invisibles y estas son grasas saturadas que se quedan acumuladas en vasos y arterias, cuya consecuencia es que a la edad de sesenta años ya empecemos a tener problemas de hipertensión y todo lo que ello conlleva.
Por otro lado, abusar de los alimentos de origen animal produce un exceso de acidez en el cuerpo, esto es debido a que el producto metabólico de estos alimentos es ácido, esto también lo hemos comentado en otro artículo de esta misma revista.
Dicho esto, queda claro que los alimentos ni se pudren en el intestino, ni se producen malas digestiones por la combinación de varios al mismo tiempo. Comer fruta después de las comidas no es malo, lo que ocurre es que aumentamos la carga calórica. Si comemos la fruta a media tarde o a media mañana quizás lleguemos a la hora de la comida con menos hambre y no nos haga falta tomar ningún postre. Si tomamos fruta con la comida a media tarde necesitaremos de otra cosa para quitar el hambre, eso hace que a lo largo del día las calorías aumenten.
Para concluir, recuerda que tú mismo eres el creador de tus experiencias, tú eliges lo que quieres experimentar o dejar de experimentar. No permitas que el miedo impida tomar decisiones que aunque quizás no sean tan acertadas te harán enriquecer como individualidad.

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