Buscar

FRANCISCO ALONSO

FRANCIASCO ALONSOCUERPO Y KINESOLOGÍA
Fisioterapeuta, Osteópata, formado en Cadenas musculares y Articulares GDS y Kinesiología Aplicada. Miembro del colegio de fisioterapeutas de Madrid. Codirector de Osteofisio, Centro de Fisioterapia y Osteopatía, profesor de Kinésica.

facebookwww

Corregir y mejorar la postura

248 FRANSi piensas que tienes una mala postura o permaneces muchas horas sentado en el trabajo este artículo te va a interesar seguro. Lo primero que hay que aclarar es que no existe la postura perfecta, la postura es individual y personal de cada uno y varía en función de muchos aspectos, pero podemos decir que hay un problema en ella cuando hay dolores que son más o menos crónicos.

El estilo de vida sedentario que llevamos hoy en día nos hace perder flexibilidad en nuestros músculos, o mejor dicho, se acortan debido a que no están estirándose y contrayéndose continuamente. Estos acortamientos terminan modificando nuestra postura y desplazando nuestro eje de gravedad, provocando que otros músculos reaccionen para mantener el equilibrio y por lo tanto que estén trabajando más de la cuenta provocando dolor.

Pero no sólo es una cuestión muscular, hay huesos o zonas del cuerpo que están preparadas para resistir peso y otras que no, y cuando modificamos nuestra postura la carga puede ser soportada por estructuras que no son las adecuadas y por lo tanto producir más desgaste o artrosis.

Más adelante te pondré muchos ejemplos para que lo entiendas mejor, pero antes debes entender como funciona el cuerpo. El cuerpo es un esqueleto que podríamos simplificar diciendo que los huesos son palos unos encima de otros y el sistema muscular y fascial, es el que sirve de unión entre esos huesos, como si fueran gomas que los unen. Es lo que se llama un Sistema de Tensegridad, es decir, aquel en el que todo está unido y cualquier modificación va a afectar a todo el sistema como podemos ver en la siguiente fotografía.

Dentro de este sistema hay tres esferas que consideramos muy importantes, que son el cráneo, el tórax y la pelvis. Estas esferas están unidas entre sí con cuerdas por delante y por detrás, y nuestra buena o mala postura, o más bien nuestros dolores van a depender de si estas esferas se pueden girar correctamente hacia delante y hacia atrás, si las cuerdas que las unen las permiten rotar en ambos sentidos o no. Es como un sistema de poleas en el que estas últimas tienen que girar en ambos sentidos para que todo funcione bien. Si alguna polea no gira la cuerda que las une va a sufrir tensiones y por lo tanto provocará dolor.

Lo importante para mantener una buena postura y no tener dolores es que estas esferas estén lo más alineadas y móviles posibles. Cuando estas esferas no están alineadas, si no que están desplazadas hacia delante o hacia atrás, o no giran en algún sentido, vamos a tener problemas de desgaste como puedan ser hernias discales, protrusiones, artrosis, en las zonas que están entre las esferas, es decir, en las lumbares y en las cervicales que es donde a casi todo el mundo le duele.

Si tenemos esta visión global del paciente, podemos tratar la esfera que más bloqueada está, además de darle estiramientos adecuados para cada persona. De esta forma, el cuerpo recupera su fisiología y por lo tanto vamos a mejorar en nuestros dolores que puedan ser más o menos crónicos.

Por ejemplo, cuando la pelvis está girada hacia delante y no rota hacia atrás. En muchas ocasiones vemos unas piernas con las rodillas que miran hacia dentro, en rotación interna, provocado por un acortamiento de los músculos rotadores internos de cadera. En este caso, los músculos de la parte posterior o rotadores externos, van a intentar combatir ese exceso de rotación interna y pasado un tiempo van a empezar a doler, pudiendo aparecer ciática, trocanteritis, dolor lumbar, condromalacia rotuliana o simplemente un desgaste excesivo o artrosis de la cadera que al estar en rotación interna está más impactada, y por lo tanto con un mayor roce, produciéndose un mayor desgaste.

En los hombros pasa algo parecido a la cadera. Si éstos tienden a irse hacia delante en rotación interna, produciéndose un acortamientos de estos músculos, los rotadores externos como pueda ser el famoso supraespinoso empieza a estar estirado y a contraerse para contrarrestar esa rotación interna y al final es el que termina inflamándose y doliendo, además de dolores a nivel cervical por falta de movilidad en el tórax y en el cráneo.

Muy a menudo vemos personas con la cabeza muy adelantada, lo que a la larga va a provocar muy probablemente problemas a nivel cervical por desgaste y dolor.

Podíamos poner muchísimos ejemplos de cómo este sistema no sólo afecta a músculos y huesos, si no que también a vísceras, provocando su mal funcionamiento, y por su puesto del diafragma que es el que hace que toda la sangre ascienda hacia el corazón con su movimiento de bombeo. En resumen, nuestro sistema se adapta a las circunstancias de nuestra vida, tanto a nivel físico, como emocional, nutricional y postural, pero por otro lado, está en nuestra mano cambiarlo, hacer que sea más flexible y por lo tanto que nuestra que postura sea mejor y no tengamos dolores ni desgastes excesivos.

Para poder solucionarlo primero tenemos que entender este sistema y observarlo, ver lo que está pasando y a partir de ahí devolver la movilidad a la esfera que está bloqueada para recuperar de nuevo el equilibrio del sistema.

Para ello también nos podemos ayudar de la hamaca K-STRETCH que nos ayuda a mantener toda la espalda en contacto y estirar las partes del cuerpo que necesitamos, como se puede mostrar en la foto. Trabajando diferentes posturas en función de nuestros acortamientos, vamos a conseguir que esté sistema esté flexible y por lo tanto nuestra postura sea adecuada y no provoque patologías en un futuro.

¡¡ NO DUDES EN COSULTARNOS TU PROBLEMA O ASISTIR A UNA CLASE GRATUITA¡¡

“Hay otro Camino para Solucionar tus Dolores: hay un enfoque Global de la Salud que Trata la Causa de tu Problema…” 

Cuando el dolor se hace físico hemos superado el estrés emocional

247 ILUS FRAN WEBEn estos momentos en los que hemos estado en una situación anormal durante unos meses y ahora empezamos a retomar nuestras vidas con relativa normalidad y precaución, empiezan a manifestarse todos esos síntomas físicos o dolores que han estado latentes mientras nuestro cuerpo se mantenía una situación de estrés o incertidumbre.

Cuando les comento esto a mis clientes y les digo que es una buena señal que aparezca un dolor físico como una lumbalgia o un dolor de hombro ya que la parte emocional se está haciendo física y por lo tanto lo estamos solucionando en cierta medida, me miran con cara extrañada pero terminan entendiéndolo.

Realmente si entendemos que no sólo somos un cuerpo físico, si no que también tenemos una parte emocional y espiritual que están íntimamente relacionadas, podemos comprender que en el inicio de todos nuestros dolores físicos hay una parte emocional o psicocomportamental que está sufriendo algún tipo de estrés.

Una vez que ese estrés se supera o esa emoción que está tan presente pasa a un segundo plano o a relajarse, surge la parte física y aparecen los dolores o síntomas.

Podemos pensar que ha sido consecuencia de volver a la actividad física o hacer deporte de una forma diferente, pero el cuerpo tiene una capacidad de adaptación impresionante y si estamos bien en todos los sentidos, sobre todo emocional, no tendría que haber ningún problema a nivel físico.

Te voy a poner varios ejemplos para que lo entiendas.

Todos conocemos gente que el viernes o sábado por la mañana después de una semana muy estresante les duele la cabeza, o tienen síntomas como si estuvieran muy cansados o incluso con fiebre y sensación de estar con gripe.

Recuerdo el caso de una mujer, directora de una oficina de un banco importante, que casi todos los sábados tenía un dolor de cabeza bastante fuerte y no se podía levantar de la cama hasta la hora de comer. Tenía un estrés tan alto que durante la semana prácticamente no dormía y lo poco que dormía era un sueño de bastante mala calidad. Después de hacerse muchas pruebas médicas y tomar medicaciones muy fuertes para las migrañas, entendió que era proceso normal de su cuerpo después de una situación de estrés mantenida semana tras semana. Debido a su mala calidad del sueño, optamos por un tratamiento de osteopatía con el cual le liberamos su occipital y su zona cervical, que estaban completamente comprimidas por la tensión de todos sus músculos de la parte posterior. Los dolores de cabeza prácticamente desaparecieron, mejorando muchísimo su calidad de vida.

Además le enseñamos técnicas para el manejo del estrés y mejorar la calidad del sueño, lo que le ayudó a afrontar de manera diferente situaciones estresantes tanto en su trabajo como en su vida diaria.

Recientemente, el caso también de un chico joven y bastante deportista que vino a la consulta con una fuerte lumbalgia. Justo después del confinamiento se había quedado totalmente bloqueado dejando una pesa cuando estaba haciendo ejercicio físico. Como en el caso anterior, le sirvió de mucha ayuda entender que su cuerpo estaba sometido a un estrés importante debido a la incertidumbre económica por su situación laboral al estar en un proceso de regulación de empleo. La zona lumbar y del sacro es una zona relacionada con la preocupación por la parte económica y en el momento que lo entendemos, el cuerpo empieza a poner mecanismos de curación para superar ese estrés emocional y, por lo tanto, el problema físico en cierta medida. Además es importante quitar el bloqueo físico que ha producido esa parte emocional con el tratamiento de osteopatía.

En resumen, es importante entender la relación que existe entre nuestra parte emocional y nuestra parte física, y por lo tanto todos nuestros dolores y bloqueos físicos surgen de un estrés emocional al que hemos estado sometidos y que se va a manifestar a través de nuestras cadenas musculares en el cuerpo. Estas cadenas están bajo el dominio de nuestro sistema nervioso central, el cual trata de buscar siempre la mejor adaptación al medio y a todo lo que nos está ocurriendo, tanto emocional como físicamente, modificando la tensiones de estas cadenas musculares y por lo tanto nuestra postura y bloqueando ciertas zonas si estas situaciones se mantienen en el tiempo.

En el momento que somos conscientes que ciertas situaciones de estrés, preocupación por lo que va pasar con nuestro trabajo, miedo o incertidumbre por el futuro, van a influir en nuestras cadenas musculares, ya estamos poniendo un mecanismo de curación en nuestro cuerpo. Pero siempre va a haber tensiones que van a quedar y que hay que solucionar para que no se vuelvan crónicas. Por otro lado, es importante acudir a un profesional que entienda estas cadenas musculares para poder quitar esa parte física que ha dejado la parte emocional y que nos dé soluciones como estiramientos de esas cadenas para prevenir que vuelva a pasar.

Si tienes algún dolor o patología ya establecida no dejes de consultarnos y te daremos la mejor solución posible.

Un abrazo y buen verano

“Hay otro Camino para Solucionar tus Dolores: hay un enfoque Global de la Salud que Trata la Causa de tu Problema…”

¿Sabes que muchos dolores articulares y contracturas tienen un origen visceral?

246 FRANTe explicamos cómo puedes solucionar muchos dolores y patologías tratando tus vísceras. La idea de globalidad está cada día más integrada en el concepto de cuerpo y salud. Ya nadie duda que todo está comunicado en el organismo que conforma una unidad y que lo externo influye sobre lo interno y viceversa, y, por lo tanto, que el origen o la causa de un dolor o enfermedad puede estar lejos del síntoma, en otro sitio, incluso en otro sistema corporal.

Un poco de Anatomía

Sabemos que en el conducto interior de la columna vertebral se encuentra la médula espinal y de ella salen, entre otros, los nervios autónomos que parten de los agujeros de conjunción entre las vértebras y llegan a los órganos correspondientes –enviando información neurovegetativa. Pero a la vez, desde las vísceras parten los nervios aferentes mandando información de su estado a las vértebras y a través de la médula al cerebro. 

Además de las conexiones por vía nerviosa, encontramos comunicaciones a través de las fascias, el tejido conjuntivo, ya que los órganos están envueltos por este tejido además de ligamentos que unen a los órganos entre sí y con determinadas vértebras, el sacro y en cráneo. Entre todo esta maraña de tejidos se hallan las distintas vías circulatorias como arterias y venas que llevan los nutrientes y eliminan las toxinas de las vísceras, y que pasan entre ellas de modo que serán influidas por la situación y el estado de las mismas.

La Mecánica Visceral

Los órganos, como todas las estructuras corporales (vértebras, músculos…), tienen una determinada movilidad influenciada por la respiración y el diafragma, además de un deslizamiento entre las propias vísceras. Esta movilidad puede verse afectada por diferentes causas:

  • Adherencias por acumulación de toxinas (alimentación, medicamentos, alcohol...).
  • Alteraciones de la información que llega desde la médula a través de las vértebras por bloqueos vertebrales.
  • Cicatrices de todo tipo, incluyendo laparoscopias, cesáreas, apendicitis…que generan adherencias y tensiones muy importantes.
  • Alteración de la circulación por compresión vascular en su trayecto por otras vísceras, tensiones del diafragma u otros músculos, como pueda ser el Psoas… 

Cuando esta movilidad se restringe o se bloquea se verá alterado el funcionamiento de las vísceras, pero a la vez, afectará otras estructuras por medio de las distintas conexiones que antes mencionamos. Es decir que cuando una víscera altera su funcionamiento puede repercutir de distinta manera sobre la estructura osteo-articular y muscular, según las distintas vías de comunicación:

  • El nervio que sale de la víscera y envía información al cerebro.
  • Los ligamentos que unen las vísceras a la columna generarán tracciones sobre estas zonas de la columna.
  • Las compresiones en venas y arterias producirán congestión visceral. 
  • Las caídas de vísceras generarán tensiones importantes sobre el sector de la columna que las sujeta.

Estas alteraciones o disfunciones de origen visceral producirán síntomas que se podrán manifestar tanto en la propia víscera, como ardores de estómago, hígado graso, estreñimiento, digestiones pesadas, infecciones de orina, dolores menstruales, como a nivel osteo-articular. 

De todos modos, si la disfunción de la víscera o de la zona vertebral se mantiene un tiempo sin corregirse dará paso a un progresivo deterioro del órgano o el hueso provocando patologías que conocemos: artrosis, hernia de disco, contracturas crónicas…y patologías viscerales más grave como gastritis crónica, cálculos renales, pólipos, diverticulitis, quistes en los ovarios... En líneas generales, el problema de la víscera es el resultado final de un problema de movilidad que no se ha corregido. 

Algunos problemas Músculo-Esqueléticos de Origen Visceral

  • Lumbalgias: muchos dolores lumbares tienen su origen en alteraciones de la movilidad del riñón que afecta al psoas o por disfunciones del hígado con incidencia sobre el diafragma, además de problemas de inflamación del intestino grueso o estreñimiento. Los excesos de toxinas suelen afectar mucho el funcionamiento de estos órganos, por lo tanto es fundamental mejorar nuestra alimentación.
  • Cérvico-braquialgias: los dolores cervicales con o sin irradiación hacia el brazo u hormigueos pueden estar ocasionados por fijaciones en la zona del cuello relacionada con el pulmón.  Por esta zona pasan importantes nervios y arterias que van hacia el brazo.
  • Dolores de zona media de la espalda y esternón: estos dolores pueden originarse por bloqueos de movilidad del mediastino y la fascia que recubre al corazón que se comunica por varios ligamentos con estas estructuras y con nervios cérvico-dorsales. Los problemas emocionales suelen afectar la movilidad de esta zona.
  • Mareos y cervicalgias: tensiones en diafragma y problemas de estómago van a traccionar del esófago que llega hasta el cráneo produciendo bloqueos en las primeras cervicales que afectarán al riego sanguíneo del cráneo y por lo tanto dolores de cabeza y mareos.
  • Varices y otros problemas circulatorios de las piernas: pesadez, cansancio, retención de líquidos, etc. son síntomas que responden a una alteración funcional en el cuerpo: la mecánica tóraco-diafragmática que afecta el normal funcionamiento de la bomba cardíaca que impulsa la sangre, o tensiones y fijaciones viscerales a nivel pélvico, bloquearán el normal retorno circulatorio de la sangre.

El Diagnóstico Osteopático

La Osteopatía, como medicina holística, diagnostica y trata al cuerpo en todos sus planos: osteo-articular, visceral y cráneo-sacral, siempre exploraremos al organismo globalmente. En lo que respecta al chequeo del sistema visceral nos basaremos en los siguientes puntos:

  • Relación entre zona vertebral y víscera.
  • Relación del órgano con su zona refleja en piel o el dermatoma correspondiente.
  • Movilidad específica de la víscera que evaluamos.
  • Los síntomas dolorosos relacionados con problemas viscerales. 

Todo esto nos conducirá a determinar si el origen del problema mecánico es visceral, vertebral o cráneo-sacral y así poder tratar el sistema correspondiente y las estructuras involucradas. La corrección o normalización de las vísceras, que es lo que en este artículo nos ocupa, se logra con técnicas suaves que liberarán las restricciones de la fascia que rodea a las vísceras y modificarán el circuito reflejo que afecta a una zona vertebral y la musculatura de alrededor. 

El Tratamiento

Insistimos en la idea de globalidad desde un punto de vista mecánico, pero no sólo refiriéndonos al sistema músculo-esquelético, sino integrando todos los sistemas corporales como es el visceral y las fascias profundas que forman el sistema cráneo-sacro. De ahí que ante cualquier dolencia, patología o sintomatología debemos relacionar los aspectos viscerales, circulatorios, endocrinos, uro-ginecológicos, músculo-esqueléticos, etc., y buscar las causas primarias en todo el cuerpo.

Nuestro trabajo estará destinado a liberar las densidades, restricciones y retracciones de los tejidos a través de técnicas manuales suaves y precisas, que tienden a devolver el movimiento alterado en todas las estructuras del cuerpo. 

Actuamos sobre la movilidad de la víscera, las restricciones fasciales, relacionándolas con sus conexiones mecánicas, nerviosas y circulatorias.

En los problemas de origen visceral es importante liberar la víscera en cuestión para que pueda descongestionarse y moverse lo mejor posible. Por eso complementamos nuestros tratamientos con Reeducación y Estiramiento de Las Cadenas Miofasciales y Gimnasia Hipopresiva. 

Desde el concepto de la Osteopatía la causa del problema mecánico estará solucionado cuando el conjunto fascial y las Cadenas MioFasciales se muevan libremente y sin restricciones, es decir que todos los sistemas funcionen armónicamente y el paciente haya recuperado la Respiración y la vitalidad. 

“Hay otro Camino para Solucionar tus Dolores: hay un enfoque Global de la Salud que Trata la Causa de tu Problema…”

COLABORADORES Revista Verdemente