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Desmontando creencias. La que la sigue, la consigue

197 DANIEL1Hombres famosos y de éxito como Bill Gates, Obama o Amancio Ortega, tuvieron un sueño. Insistieron. Siguieron insistiendo y llegaron a conseguir su sueño. Ahora son felices las veinticuatro horas del día. Si tú no eres rico y feliz, es porque no has insistido lo bastante haciendo lo que has decidido. ¡Falso!.

Las creencias detrás de esta idea: que insistir es bueno y todo lo puede.
1.- Todo es posible. Y además depende de nosotros, está en nuestras manos. Eso no es verdad. Si alguien cree que todo es posible, tenderá a culparse y pensará que los que han llegado a la meta son mejores que él. ¡Pero esto no tiene por qué ser cierto! Es mentira que todo sea posible. Algunas cosas, para algunas personas, son posibles y para otras no, porque no todos somos iguales ni partimos de las mismas circunstancias. Creer que lo único que tenemos que hacer es insistir, es equivocarnos.
2.- Lo que deseas es conveniente. Debemos ponerlo en duda, porque es posible que lo que tú desees pueda no ser conveniente para ti, para las personas de tu alrededor, o para la sociedad, para tu crecimiento, para tu evolución… Yo no soy Dios, por lo tanto no puedo decidir lo que es conveniente. Si me creo que soy la persona que debo decidir lo que es conveniente en mi vida, estoy ocupando el lugar erróneo (el lugar de Dios), en vez de ocupar un lugar mucho más modesto, que es el mío, el del humano.
3.- Lo que deseas debe ser real, pues así lo deseas. Una idea muy extendida en el mundo del crecimiento personal, es la que dice que si uno desea algo con mucha fuerza, se convertirá en real, que lo que pensamos se materializa, que hay una relación  directa entre lo mental y lo físico y por lo tanto si algo hay que yo deseo, llegará a ser real. Esto es cierto, a un cierto nivel. Pero mientras nosotros no seamos capaces de pensar de forma voluntaria, sostenida y positiva; de manejar nuestro pensamiento sin que las ideas nos vengan a nosotros sin haberlo decidido, eso querrá decir que no somos amos de nuestro pensamiento, y por lo tanto tampoco seremos amos de lo que creemos. No por el hecho de desear algo, esto se convertirá en real, porque podría ser que, en la lavadora de tu cabeza e inconscientemente, tú estés deseando otras cosas. Y en realidad puede ser que eso, aunque nos parezca horrible, tenga un cierto motivo de ser. Por ejemplo, para que aprendamos a perdonarnos, o a amar de forma consciente, a separar lo que es real de lo que no lo es, tal vez lo mejor para nosotros, en ese momento, es que nos toque sufrir…
4.- El secreto para hacerlo realidad es insistir, no rendirse. Esto es mentira. Hay muchos casos de personas que han estado toda la vida luchando por algo y han muerto sin conseguirlo. Me gusta mencionar siempre a Christine de Pizan, una escritora y humanista que en el s. XIII empezó a escribir sobre feminismo. ¡Sin embargo, hasta finales del siglo XX el feminismo no llegó a cristalizarse! Por lo tanto, no es suficiente con que tú insistas, porque hay cosas que no dependen de ti. El secreto para hacer algo realidad no es insistir. Porque si yo estoy insistiendo en un tema equivocado, o que en este momento no es adecuado para la sociedad, por más presión que haga, no lo voy a conseguir. Esta es, muy a menudo, la actitud de los necios.
5.- El objetivo de la vida es conseguir lo que se desea. ¡Para nada! El objetivo de esta vida es alcanzar la sabiduría. Es llegar a ser feliz con lo que te toca vivir. O dicho de otro modo, el objetivo de esta vida es conseguir la felicidad. Sabiduría, felicidad y amor, pueden ser tres sinónimos en este caso. Confundir que el objetivo de la vida es conseguir lo que a mí se me ha ocurrido, es a menudo fastidiarla. Hay una frase que dice: “Cuando los dioses quieren castigarte, te dan lo que has pedido…” Por lo tanto cuidado: porque a veces no tenemos suficiente sabiduría como para pedir lo que realmente necesitamos.

Lo que sí es real…

Muchas cosas no son posibles en este momento, en tus circunstancias, en este lugar... ¡Por más que insistas! El físico Nikola Tesla tenía unas ideas sobre la invención de la electricidad, mucho más avanzadas inclusive que Thomas Edison. Pero ocurre que en aquel momento, la sociedad no estaba preparada, por ejemplo, para que la electricidad llegara a todos los sitios sin cables ni control, que era lo que él proponía. Sus ideas eran muy vanguardistas para la época, y sin embargo fracasó. Por mucho que insistas, hay veces que la sociedad no está preparada, o tú no lo estás, o no es el momento o el lugar adecuado para hacerlo. O tienes simplemente que aprender a aceptar el fracaso. Luego, un bien de la vida será que tú no consigas lo que deseas. Porque eso va a ser algo positivo para ti.
La generación de la realidad es bastante más compleja que el mero insistir. Es multifactorial. En verdad, la creación de la realidad no obedece a una única causa sino a muchas: mi insistencia en mi trabajo es solamente una de ellas. Cuando se den las demás, las cosas fructificarán. Por ejemplo, yo puedo poner una semilla en la tierra, pero esa es solo una parte de las múltiples causas que se necesitan para que esa semilla germine. Tiene que llegar la primavera, que no depende de mí. Tiene que estar regado, que a lo mejor depende de mí, o no. Tiene que haber una temperatura determinada, que puede o no depender de mí. La tierra donde está la semilla debe tener unas características orgánicas que tal vez no dependan de mí… Por lo tanto, uno debe tener en cuenta siempre que la realidad es multifactorial y que nuestra misión es aportar nuestro grano de arena; pero que se den los otros factores, no depende de nosotros.
Además, no sabes lo que te conviene. Porque en realidad tú no sabes lo que te va a hacer más sabio en esta vida. A veces decidimos ir por un camino muy sencillo, pero éste no nos da sabiduría. Y en cambio, la vida puede decidir que es un buen momento para que sufras, porque entonces te será dado el aprender, y al hacerlo lograrás mucho más sabiduría. Muchas veces ocurre que lo que deseamos, no es lo que nos conviene, y por el contrario, lo que sí nos conviene, no nos gusta.
Deja los resultados en manos de la vida. Hágase tu voluntad, y no la mía. Esa es la verdadera sabiduría para poder aprender. De ti solo depende el esfuerzo, no los resultados. Desde hace miles de años, el Karma yoga enseña que lo fundamental es concentrar la mente y dar el máximo, pero que el éxito no depende de la voluntad humana. Hoy en día, en la India, se trasmite a las personas de negocios los fundamentos del karma yoga, enseñándoles a valorar lo que les ocurre en la vida, sus esfuerzos por mejorar, pero dejando los resultados en manos de Dios.

¿Y cuándo debemos parar de insistir?
Hay dos momentos en los que resulta sabio detener nuestra insistencia:

1.- Cuando tu acción está generando dolor y sufrimiento. Detente: no hay que insistir, aunque creas que tienes razón. Mientras no encuentras una forma más sabia de actuar, deja de insistir.
2.- Cuando ya has intentado algo un mínimo de 3 veces y un máximo de 7 y no ha habido el más mínimo avance, déjalo estar. Sin embargo, si el avance ha existido -aunque sea pequeño-, sigue adelante. Hay que saber escuchar los mensajes de la vida.
El éxito verdadero
El objetivo de la vida es alcanzar la libertad y la sabiduría, es decir, ser capaz de ser feliz al margen de lo que ocurra (¡esto sí es ser libre!) con lo que te toque vivir (para eso hace falta sabiduría de la buena).

Ejercicio de verificación

No eres Dios
¿Recuerdas momentos en que deseabas algo que luego no resultó como tú pensabas?
¿Recuerdas cosas que, tras tenerlas, te hicieron sufrir y darte cuenta de que estabas en un error?
¿Recuerdas momentos de mucho esfuerzo y vano resultado?
Tenlo presente: no eres Dios. Deja en sus manos el decidir, y mantén en las tuyas el intento de dar tu máximo, sin atarte a los resultados.
Así verificarás que la paz entra en tu vida.

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