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Diez orientaciones para SER. Lo que no entendimos de los 10 mandamientos

205 DANIEL GABARRO

Un amigo chileno que vive en Madrid desde hace 12 años afirma que, aunque hablamos en español, a veces le cuesta entendernos.
¡Imagínate la dificultad de entender los textos místicos que fueron escritos en una lengua extranjera por personas de otra cultura y varios miles de años atrás! ¡Son casi indescifrables!
Por eso te propongo repensar los 10 mandamientos: un texto que no estamos comprendiendo y que, sin embargo, tiene una gran potencial de amor y sabiduría.

¿Te atreves a darles una mirada distinta?

Reescribir para entender
En este artículo voy a intentar recuperar el profundo significado de los "10 mandamientos", pues creo que siempre los hemos interpretado mal.
Todo lo espiritual es para ser vivido y no para ser obedecido como si fuera el código penal. Desde esta perspectiva, los "10 mandamientos" son profundamente sanadores y sabios.
Pero antes de empezar, una observación: esta reescritura es solamente una aproximación personal mía. Te animo a leerla y a reescribirla con tu propia experiencia.
Primer mandamiento:
Cuando se nos dice amarás a Dios por encima de todas las cosas, se nos está animando a no olvidar nuestra esencia, a amar por el mismo hecho de amar y no por los premios que se reciban, a buscar la esencia de la realidad más allá de las formas. Se nos recuerda que lo importante es invisible a los ojos y que nunca dejemos de tenerlo presente. Se nos dice que no olvidemos nunca que todas las cosas y todas las personas comparten una misma esencia. Se nos pide que pasemos de lo superficial y variable, a lo esencial y permanente. ¡Cuánta sabiduría!
Segundo mandamiento:
Al afirmar: no dirás el nombre de Dios en vano, se nos anima a no usar el trabajo interior, la espiritualidad y el autoconocimiento como formas de huir de la realidad. También se nos anima a evitar que la espiritualidad y el autoconocimiento sean una excusa para manipular a los demás o para creernos superiores a ell@s. ¡Una orientación muy útil para vivir en la naturalidad de la humildad!
Tercer mandamiento:
Santificarás las fiestas: significa que hemos de buscarnos espacios en los que descubrir y vivir nuestra esencia, que debemos evitar volcarnos todo el tiempo únicamente en lo exterior, que dejemos tiempo para conocernos, para amarnos, para descubrir aquello nuestro que es lo más importante: nuestro ser, nuestra conciencia.
Cuarto mandamiento:
Cuando se nos dice que honremos a nuestro padre y a nuestra madre, se nos pide que abracemos nuestra vida aquí y ahora, pues es esa forma concreta la que nos permite experimentar, vivir, crecer, entender... Se nos pide que no reneguemos del color de nuestra piel, de nuestra cultura, de nuestra lengua, de nuestro planeta, de nuestro país, de nuestra orientación sexual, de nuestro cuerpo... todo ello nos conforma y nos permite ser. Se nos anima a mejorar la realidad, pero a hacerlo sin luchar, sino con gozo y partiendo de las realidades que nos conforman.
Quinto mandamiento:
No matarás: significa que hemos de cuidarnos y de cuidar a los demás físicamente, emocionalmente y mentalmente. Se nos pide que no interfiramos en la vida de las otras personas si ellas no nos lo piden, que las dejemos ser tal como son. Se nos pide que les demos espacio para que sean. Pero también nos anima a no autolimitarnos, a no jugarnos, ni a juzgar a los demás, a no culpar, ni a culparnos... pues sería una forma de matarnos.

Sexto mandamiento:
Cuando se afirma que no cometamos actos impuros, se nos anima a actuar con la intención de amar, a actuar siempre buscando el máximo bien para nosotros y para los demás. Hacerlo de otro modo sería actuar de forma impura. Las acciones impuras son las que nacen de una intención que no esté enraizada en el amor. Cuida tu corazón, que todas tus acciones sean puras. ¡Una orientación muy sanadora si la llevamos a cabo!
Séptimo mandamiento:
Al leer no robarás, debemos recordar que no tenemos nada y que no poseemos a nadie. Por lo tanto, no finjamos que son nuestros o estaremos robando. Respetemos la libertad de las personas. No nos apropiemos de lo que los demás aportan, no nos colguemos medallas que no son nuestras, pues nos perderemos a nosotros mism@s y olvidaremos nuestra esencia. Pero además, también nos recuerda que cada persona tiene su realidad y que no debemos apropiarnos de sus problemas y dificultades, que debemos respetar su libertad y darles permiso para aprender, sin hacer nuestro su sufrimiento, pero estando cerca empáticamente.  
Octavo mandamiento:
En mi opinión, el significado de no dirás falsos testimonios, ni mentirás es renunciar a querer tener razón y a defenderla contra los demás. También nos anima a dejar caer nuestros prejuicios (obsérvate y localízalos primero, pues en caso contrario te mentirás sin darte cuenta), a ser fiel a la realidad, a recordarnos que al comprender la verdad nos sentimos libres y si todavía no nos sentimos libres y en paz frente a algo, es que todavía no lo hemos entendido, todavía nos estamos mintiendo internamente sobre cómo debería ser la realidad.
Noveno mandamiento:
En mi opinión, no consentirás pensamientos, ni deseos impuros significa que no nos permitamos pensamientos de sufrimiento en nuestro interior. Se nos anima a que nunca olvidemos que somos  hij@s de Dios, por lo tanto perfectos en nuestra esencia. Aunque podamos errar en la forma de expresarnos mientras vamos descubriendo nuestra esencia, seguimos siendo perfect@s en nuestra esencia. Se nos recuerda que no debemos compararnos con los demás, que no debemos minusvalorarnos y que debemos conquistar la sabiduría para transcender cualquier pensamiento erróneo, pues son el origen del sufrimiento.
Décimo mandamiento:
El último mandamiento es muy breve y muy claro: no desearás los bienes ajenos, en mi opinión significa que no busquemos la felicidad fuera de nosotros, que solamente en nuestro interior está la felicidad que buscamos y las respuestas que podremos encontrar.
Y no son mandamientos... sino indicaciones
Tras reescribir los "10 mandamientos", me gustaría decir que quizás sea más útil vivirlos como indicaciones y no como obligaciones. Son indicaciones para que encontremos la paz, la felicidad, la plenitud... y no pueden seguirse por obligación. Solamente pueden seguirse con gozo, igual que se siguen las orientaciones de un mapa a lo largo de una larga y hermosa travesía a pie por las montañas...
¿Nos atrevemos a vivir esa aventura?

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