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Ibn Arabí

193 SEBASTIAN1

“Cierra tu puerta, rompe tus lazos y toma al Generoso
como compañero”.
(Primera enseñanza que Ibn Arabí
recibió de su primer maestro Al Uryani de Sevilla)

“El mismo Ser de Dios se basa en el amor”
Ibn Arabí

Sin duda Ibn Arabi ha sido uno de los más grandes maestros espirituales que la humanidad ha conocido. Nacido en Murcia en año 1165 (560 de la hégira), falleció en Damasco, donde está enterrado, en 1240. Su nombre completo era el de Abú Bakú Muhammad Ibn Arabí y en vida ya fue llamado muhyiddin o “vivificador de la religión” y al shayj al akbar o “el más grande maestro” y desde su muerte es reconocido como “el océano del islam”. Nacido en un medio piadoso y culto, entró en la Vía en Sevilla en 1184. Dejó escritas casi 200 obras y su influencia en el islam ha sido gigantesca si bien muchas de sus obras son rechazadas por parte de la ortodoxia más radical y salafista. El sufismo, tal y como hoy lo conocemos, sería inconcebible sin él, y cualquier rama sufí lo considera un gran maestro. Su enseñanza espiritual trasciende el marco del islam y del sufismo y se hace universal llevando luz al lector según su nivel de comprensión.
Veamos una brevísima sinopsis biográfica.
-  1165. Nace en Murcia. Su padre es murciano y su madre bereber.
-  1173. Se instala con su familia en Sevilla tras la ocupación almohade de Murcia.
-  1179. Tiene una entrevista en Córdoba con Averroes, amigo de su padre, que se maravilla del joven.
-    1184. Es iniciado en Sevilla en la Vía del sufismo.
-    1185-1192. Se casa. Ha alcanzado una gran cultura, una posición de reconocimiento y una vida estable. Sin embargo una enfermedad lo pone ante las puertas de la muerte, tiene una visión y decide cambiar de vida. Abandona su posición y bienes e inicia su peregrinación por Al-Ándalus y el Magreb para conocer maestros sufís cuyas vidas y enseñanzas luego escribe. Es notoria la influencia que tuvieron en él dos maestras: Shams, “la implorante” de Marchena y Fátima de Sevilla.
-    1193. Primer viaje a Túnez para visitar a un afamado maestro. En este viaje encuentra a Al Khider- el Maestro de maestros- por primera vez.
-    1195. Regresa a Al-Ándalus y conecta con diferentes maestros a la par que es reconocido como tal.
-    1196. En Fez tiene el famoso episodio del Ascenso Nocturno a la Estación de la Luz. Lo narra en su obra Libro del viaje nocturno.
-    1196. Recibe la Revelación de que él es el Sello de la Santidad.
-    1197. Otra vez en Al-Ándalus escribe por inspiración divina su obra El lugar del ocaso de las estrellas. En Córdoba muere Averroes y asiste a su entierro.
-    1200. En Marrakech alcanza la Estación de la Proximidad y tiene la visión del Trono de Dios.
-    1201. En Túnez escribe El trabajo de las esferas y viaja a Jerusalén y El Cairo después de una visión que le invita a visitar Oriente.
-    1201. Llega a La Meca y conoce a una hermosa joven de la que se enamora y que le inspira sus poemas El intérprete de los deseos ardientes.
-    1203. Año de gran fecundidad en La Meca donde termina cuatro obras: El nicho de las luce; El adorno de Abdal; La corona de espinas y El espíritu de santidad. Empieza su gran obra de Las conquistas espirituales de La Meca que tardará treinta años en acabarla.
-    1204. Viaja a Bagdad y Mosul. Encuentra de nuevo a Al Khider y recibe de él la Investidura. Escribe Las revelaciones de Mosul.
-    1206-1209. Viaja mucho por Anatolia, Egipto, La Meca y Siria. Permite la difusión de Las Manifestaciones Divinas y redacta La epístola de las luces. Por donde va es reconocida su baraka y discípulos se reúnen en torno suyo.
-    1210. Llega a Konya. Allí adopta a quién será su yerno y principal discípulo, Sadr Al Din, que ejerció una enorme influencia entre los sufís de Konya. Recordemos que Rumi nació en 1207 y se instaló en Konya en 1230.
-    1211-1219. No para de viajar: Alepo, Bagdad, otra vez La Meca, Anatolia… Escribe para sus discípulos Los tesoros de los amantes y autoriza la difusión de La Estación de la Proximidad y Morada de las moradas.
-    1223-1240. Se instala definitivamente en Damasco. Escribe Aperturas espirituales y, sobre todo, Los engarces de las sabidurías considerado su testamento espiritual. Esta singular obra nace después de una visión en la que el Profeta le decía el título y le conminaba a su escritura.
Muere rodeado de discípulos y amigos. Reposa en esta ciudad en la mezquita-mausoleo que en 1517 edificó para su tumba el sultán Selim.

193 SEBASTIAN2Enseñanza
Independientemente de su enorme cultura, su obra muestra una profunda experiencia mística personal que inunda su enseñanza, a veces compleja, filosófica, a veces esotérica, pero otras, cargada de arrebato espiritual y místico. Lo cierto es que siempre muestra un conocimiento poco común que se percibe originado por las sucesivas makam, estaciones espirituales, que recorre. Por eso el abordaje de sus obras desde un mero acceso doctrinal o intelectual es estéril.
Dice: “El amor es la energía que atrae a la criatura hacia su origen divino”. Él define esta makam, o estación del amor, de un modo tan preciso como poético cuando describe los 44 estados por los que pasa el amante con su bienamado. Solo alguien que vive esa experiencia puede reflejarlo así. Extraídos de El tratado del Amor, algunos son:

Uno de los estados del amante es no sufrir en su amor aumento por el favor que le procura el amado, ni disminución por el desdeño que le manifiesta.

El estado del amante de aprobar todo lo que el bienamado espera de él.

El estado del amante de ser constante en la adversidad, a la cual quiere sustraerse debido a la tutela que el bienamado le impone.

Uno de dos estados del amante es el de temer abandonar las prescripciones sagradas en el servicio.

El estado del amante es sentir hastío ante el velo indisociable que se interpone entre él y el encuentro con su bienamado.
El estado del amante es estar compenetrado por las cualidades del amado.

Resumir la enseñanza de Ibn Arabí sería una labor difícil. Baste decir que la Enseñanza del maestro murciano se centra en la Unicidad de Dios. El Creador y lo Creado es Uno. Pero la mirada de la criatura solo ve la multiplicidad de la que forma parte pues si la Esencia es Una, la existencia es múltiple. Por tanto solo hay una Realidad. También afirma que el ser humano es “una posibilidad divina”. El desarrollo de esa posibilidad, la Vía, le lleva a ser receptor de la luz divina. Y para conocer a Dios, antes debe conocerse a sí mismo pero en su esencia espiritual. Uno solo puede conocerse en Dios y por Dios.
Termino con un texto que, en mi opinión, da verdadera muestra de su enseñanza. Es un extracto de El libro de la extinción en la contemplación:

“…Si Él te dice: “Coge”, contéstale: “Tú eres el que coge”.
Si te dice: “vuelve”, respóndele: “De Ti hacia Ti”.
Si te dice: “¿Cómo es que cuando te digo que cojas me respondes que Yo soy el que coge? No hay nada que Yo pueda coger.
Dile tú: “Yo no sabría cómo coger, porque coger es un acto y yo no obro ningún acto. Tú eres el que coge, pues Tú eres el Agente. Toma Tú mismo por mí lo que Tú me das, y no me digas: Coge tú, criatura, que no puedes coger, porque al decirme que coja extiendes un velo sobre mí.
Yo no puedo tomar nada por mí mismo…”

Y para volver al amor leamos unos fragmentos de un par de poemas:

Porque el Amor es saboreado,
Pero su esencia permanece incomprendida
¡Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso no es asombroso?

¡Pues solo Dios ve a Dios!
¡Discierne bien mis palabras
para reconocer a quien se dirigen y de quien emanan!

COLABORADORES Revista Verdemente