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¿Cuál es el pH de tu dieta?

176 ANGELA

Desde hace algún tiempo está de moda hablar del término pH, de las dietas alcalinas y ácidas pero ¿Sabemos de qué se trata y cómo influye nuestra alimentación en el mecanismo del pH?
Todo está relacionado con las células y con el entorno en donde viven. Nuestro medio interno es un micro-mundo en donde ocurren todos los días y sus noches millones de procesos de los cuales no somos conscientes. Cada célula es un ente donde llegan los nutrientes y sustancias para formar nuevas estructuras o para obtener energía. Las células son capaces de tomar todo aquello que necesitan y desechar lo que consideran inútil; pero jamás se debe pensar que se trata de una super-máquina capaz de afrontar todo los excesos y sustancias desconocidas que sobrevienen a lo largo de una vida. Si eso fuese así no habría ningún enfermo sobre la faz de la tierra.

¿Qué es el pH?

Se trata del grado de acidez de una sustancia, entorno, fluido, etc. La escala aproximada va desde 0 hasta 14 donde 0 es muy ácido, 14 es alcalino y 7 es neutro. Nuestro pH interno varía según cada órgano y cada fluido. Por ejemplo, el pH del estómago fluctúa entre 1 y 3, esto depende de la hora del día y de la comida que ingiramos puesto que no es el mismo digerir proteínas que carbohidratos. Por el contrario, el pH del duodeno es aproximadamente de 6 y va variando a lo largo del resto de intestino. Asimismo el pH de la sangre oscila entre 7,38 y 7,4.

En cada célula, órgano o fluido existe un sistema regulador cuyo objetivo es mantener el equilibrio en esa zona; dicho sistema está compuesto por la mezcla de un ácido con una base y esa proporción siempre está en equilibrio. Los minerales como el calcio, fósforo y magnesio también juegan un papel fundamental en el mantenimiento del pH. En los procesos metabólicos se generan compuestos de desechos, y la mayoría de estas sustancias son ácidas. Cuando dichas sustancias se encuentran fuera de la célula pasan a la sangre donde se produce un cambio en el pH. El sistema amortiguador es el encargado de equilibrar el exceso moderado de ácido o de base si fuera el caso. Por otra parte, los minerales como el calcio también están presentes en ese proceso de estabilización.

¿Cómo influye la dieta en el pH?

Hemos dicho que el sistema amortiguador es capaz de equilibrar ciertas cantidades de ácido o de base. Sin embargo, cuando superamos los límites se empiezan a producir cambios que a simple vista no parecen nada, pero a largo plazo podría significar el desarrollo de una enfermedad. Esto suele ocurrir cuando el índice de producción de ácidos supera la eliminación de los mismos a causa de los excesos. Hoy en día observar este fenómeno es muy común debido a que se come más carne de la que se debe, más lácteos, más grasas y más carbohidratos simples refinados. A lo largo de la vida de una persona a nivel orgánico ocurren muchos procesos, como es natural los riñones se van sobrecargando, los sistemas tampón se van resintiendo, los pulmones e hígado ya no son los mismos que cuando teníamos veinte años. El cuerpo ya no tiene la misma capacidad de respuesta y eso es un hecho. El caso es que en algún momento el organismo deja de trabajar correctamente y empieza a acumular productos ácidos del metabolismo en cualquier lugar. El primer sitio es el espacio extracelular donde el medio que rodea a las células empieza cambiar convirtiéndose poco a poco en un entorno más ácido; en este momento el riesgo de desarrollar una patología se ve aumentado (cáncer, enfermedades autoinmunes, osteoporosis, diabetes, etc.)
Y ahora que ya sabemos más sobre el pH creo que ha llegado la hora de aprender a comer ¿no es así?

Alimentos que alteran el equilibrio del pH

Azúcares

Sería conveniente comer con precaución azúcares simples refinados, debido a que el producto metabólico de estos alimentos es ácido. Varios estudios señalan que el consumo asiduo de dichos carbohidratos produce la pérdida de calcio ya que este actúa como amortiguador de los ácidos generados. El efecto a largo plazo en el organismo es la desmineralización ósea. Los alimentos que están dentro de este grupo son: chocolate, azúcar blanco, bollería industrial, chuches, pan blanco, arroz blanco, bebidas carbonatadas. Preferiblemente elegir alimentos integrales ya que contienen todos los micronutrientes necesarios para paliar su propio metabolismo.

Proteínas

La saturación de alimentos de origen proteico en las comidas está a la orden día, abusamos demasiado de su consumo y sobrepasamos las cantidades que nuestro cuerpo necesita. Este hábito genera desechos ácidos desmesurados que traen como consecuencia la pérdida del calcio de nuestros huesos. Por ejemplo, comer carne debería ser un acontecimiento para celebrar de vez en cuando y además mucho mejor si se trata de pescado. El pescado azul es el único alimento de origen animal que trae grasas en forma de omega 3 que benefician a nuestro cuerpo y la calidad de sus proteínas no produce tanta acidez. Todo lo contrario que con el resto de carnes que además traen grasas saturadas y altas cantidades de fósforo que también generan la pérdida de calcio. Por otra parte, el consumo de productos lácteos debería limitarse a ocasional ya que hoy se conoce que causan más perjuicios que beneficios, muy diferente de lo que siempre habíamos pensado.

En conclusión: empieza limitando las carnes rojas y lácteos, evita los azúcares refinados y las bebidas carbonatadas.

Hacer cambios es difícil porque no tenemos la información necesaria, pero si estás leyendo este artículo quizás es el momento de empezar con la transformación. Debemos considerar a nuestro cuerpo como un templo sagrado, en el que rechazamos los alimentos que nos perjudican y damos la bienvenida a los que nos dan la vida.
La forma de alimentarnos dice mucho del camino en el que nos encontramos; una alimentación pesada y tóxica nos impide entrar en contacto con nuestra verdadera esencia divina. Ayunar de vez en cuando tranquiliza a nuestro cuerpo, aquieta la mente y nos despierta el alma. Comer vegetales, verdura, legumbres nos da digestiones más livianas e incluso nos cambia hasta el carácter.
Te invito amarte, te invito a comer alimentos vivos: verduras poco hechas, legumbres germinadas, alimentos inteligentes como la quínoa, trigo sarraceno, arroz integral, cuscús, germen de trigo y muy poca carne que en cuyo caso mejor si es pescado azul. Limita los lácteos y reemplázalos por bebidas de arroz, avellanas, nueces, sésamo y almendras ricas en ácidos grasos esenciales y minerales.
Naturalmente los cambios no se hacen de la noche a la mañana, pero si nuestra intención es estar sanos, poco a poco se puede “engañar” al paladar con nuevos sabores, con nuevos alimentos y nuevas formas de comer.

La vida es una y para prolongarla hemos de cuidar de nuestro cuerpo.

 

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