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VerdeMente, 200 ediciones ofreciendo alternativas de vida

VerdeMente, 200 ediciones ofreciendo alternativas de vida

-Mario Martínez-

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En el año ‘94 la revista VerdeMente comenzaba a circular en Madrid con muchas menos páginas, a un solo color y formato de agenda. Hoy, más de veinte años después, VerdeMente celebra sus doscientas ediciones, siempre fiel al objetivo que le dio vida: ser un vínculo para todas las personas que hacen del crecimiento personal y el autoconocimiento su auténtica forma de vivir la vida.

¡Hola mis queridos lectores! En esta edición, tan especial para mí, he pedido al director de la revista, o sea al director de mí misma, o dicho de otra forma a mi director personal, que me permita publicar un auto-artículo, es decir, que yo misma escriba sobre mí. Yo sé que esto, dicho así, puede sonar algo petulante, o hasta egocéntrico… ¡Pero es que me lo merezco!

Os voy a contar una pequeña historia. Hace veintidós años, allá por 1994, a unos locos naturalistas y ecologistas y no sé qué otros “istas”, se les ocurrió la idea fabulosa de empezar a editar una revista que diera espacio a todos estos temas que a ellos les interesaban: ecología, vida sana, terapias, alimentación natural, disciplinas orientales, auto-conocimiento, desarrollo personal, psicología, y muchos etcéteras. Me imagino que habrán tenido largas reuniones de esas en que se habla mucho de cosas raras de la espiritualidad; charlas en las que uno conoce a otra, y esa a su vez tiene contactos con algunos escritores, que a su vez le pueden recomendar a alguien que sabe mucho sobre aquel tema, y otro que tiene una tienda que estaría interesada en difundir sus productos, y aquellos que estarían encantados con que se diera a conocer una nueva técnica que estudiaron en la otra punta del planeta… Y me puedo imaginar (digo, porque no estuve en esas reuniones) que al final habrán salido infinidad de temas e ideas, y que se habrán puesto todos muy contentos y habrán brindado con zumo de zanahoria y jengibre, y después de hacer unos cuantos saludos al sol (porque sería ya de madrugada) para bendecir el nuevo proyecto, alguno o alguna de los presentes seguramente preguntaría: “¿Y cómo le llamaremos a esta nueva revista?”. En ese momento crucial que es cuando los papás y las mamás deciden el nombre que le van a poner a la hija (es que ya se sabía que sería una niña, dado que soy una revista y no un revisto) seguramente puede haber ocurrido una explosión, una tormenta de ideas o brainstorming como dicen los de marketing… Qué Vida Verde (no, porque sería para vegetales o guarda civiles); que Mente Espacio (no, porque parecería para psicólogos de astronautas)… Y así, mientras se pasaban el tiempo inventándose nombres raros y espirituosos, me imagino que alguien habrá soltado: ¡Ya lo tengo! ¡VerdeMente!, son todavía muchos los que me llaman VerdeMenta, MonteVerde… pero verdaderamente viene de “El Verde de la Mente”. Así fue como me pusieron el nombre que llevo hace más de veinte años y por el que se me conoce en todo el mundo mundial. Veintidós años y doscientas ediciones, incluida ésta que tenéis en las manos. Esto es muy raro… Pero raro, raro, raro… Porque si cada edición es un hijo, yo vengo a ser una jovencita de algo más de veinte años ¡pero que ya tiene doscientos hijos!

MIS PRIMEROS AÑOS
Fue así como en pleno otoño de 1994, entre los meses de septiembre y octubre, vi la luz del día con mis primeras paginitas impresas. Pero no vayáis a creer que siempre fui tan guapa como me conocéis ahora, voluptuosa, que me vestía así con tantos colores… De niña siempre fui muy discretita: digamos… verde. Como un marciano o una lechuguita. Solo me dejaban salir a la calle cada dos meses, era pequeñita, con pocas páginas, a un solo color… ¡Pero con muchas cosas por decirle al mundo! Recuerdo todavía las palabras de recibimiento que me dieron en el primer editorial (¡si es que todavía me emociono cuando las recuerdo!):Nace VerdeMente, una nueva revista dedicada al mundo del naturalismo, la ecología y la vida alternativa. Esperamos de todo corazón que traiga consigo todas las esperanzas de cada nueva criatura que viene a este mundo, y que esas esperanzas se cumplan con el tiempo, y otras más que por ahora ni siquiera intuimos.”200 ENTREV2

Y vaya si se cumplieron las esperanzas… Cada edición circulaba con más fuerza, y gracias a los nuevos y las nuevas columnistas yo me iba haciendo cada vez más sabia. Imagino que os estaréis preguntando quiénes escribían por aquellos años, ¿verdad? Bueno, pues me acuerdo de algunos y de varios entrevistados también,  que después se convirtieron en mis leales colaboradores: Ramiro Calle (de barba negra y más delgadito en sus tiempos mozos),  Fermín Cabal Menéndez (que fue uno de los impulsores de la unión de la medicina tradicional y natural), Miguel Ángel Delgado, de Soria Natural que hasta el día de hoy nos apoya como anunciante (al igual que Ecocentro), Enrique Miret Magdalena (que perteneció a la ONG Mensajeros de la Paz), Joaquín Aranujo, Mary Sol Olba… ¡Si hasta Louise L. Hay tenía su propia sección! La lista es muy larga, larguísima. Los asuntos de los que me tocó hablarle a mis lectores eran cada vez más interesantes y variados, y la distribución (más de 300 puntos) me iba llevando cada vez más lejos y a sitios más insospechados. Como la Feria Biocultura, donde empecé a dejarme ver allá por 1994 cuando la feria cumplía diez años, y donde sigo asistiendo todavía hoy.  O la Biblioteca Nacional en la que, desde el número uno, no falta ni un solo ejemplar desde hace veinte años.

NUEVOS TIEMPOS Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
Mes a mes seguíamos –mi equipo y yo- desplegando artículos y entrevistas que servían para mejorar la vida de las personas, y eso me hacía sentir muy orgullosa. Así, hablábamos sobre yoga, alimentación ecológica, concienciación del reciclaje, acupuntura y naturopatía, huertos orgánicos, aceites esenciales, chamanismo, psicología transpersonal… Los lectores empezaron también a tener mayor presencia, con sus cartas y mensajes de apoyo y sugerencias, y se hablaba, cada vez con mayor fuerza, de las “redes sociales”.  Al mismo tiempo, un número cada vez mayor de anunciantes empieza a verme como “la embajadora de sus productos y servicios” y mi cuerpito español va creciendo edición tras edición…
Así las cosas, otros intelectuales de distintas disciplinas se van incorporando a mis páginas, como Miguel Delibes, Javier Marías, Mohamed Chakor, Joaquín López Bravo. Publicamos artículos sobre PNL, sobre la depresión y la codependencia; también se habla del Reiki y el Reishi, meditación, quiropráctica, hipnoterapia, sexología, feng shui...

Con las redes sociales ya en auge –y después de meditarlo y pensármelo muy bien- acepto la propuesta de que mis hermosas páginas sean presentadas en la red de redes: ¡Empiezo a estar en Internet! Aparece mi web (www.verdemente.com) que es como una manera de inmortalizarme, porque a día de hoy cualquier persona que desee leer cualquiera de mis ediciones puede plantarse frente a su ordenador y “hojearme” tranquilamente. Por supuesto que esa no soy yo, la de papel que uno coge con las manos y se la lleva a su casa, o se la lleva de vacaciones, o se la regala una amiga, o la va coleccionando… Pero vale, acepté incorporarme al universo digital. Y debo reconocer que me gustó, porque me hice famosa. Y tanto me gustó que no dudé ni un segundo cuando me propusieron dar una pasito más en esto de las tecnologías de punta: me inventaron una aplicación para móviles y tabletas llamada (cómo era… ah, sí): Contenido Vivo. Me explicaron que mucho del material periodístico que tengo impreso también se podía digitalizar y grabar en vídeos; resulta que hay un dibujito que aparece en la misma página de la revista de papel (un código no sé cuánto) y si uno de mis audaces lectores acerca el dispositivo móvil, éste lo reconoce al instante y… ¡sorpresa! Se abre un vídeo con lo mismo que estaba leyendo en el papel, pero en vivo y en directo. ¡Cuántas cosas nuevas que estaba aprendiendo! A todo esto, un día llegó alguien a la redacción y nos contó que había visto muchísima gente que iba en el metro leyendo desde una pantallita. Yo no entendía nada, sabía que las personas humanas leían en el metro, que llevaban libros y también revistas, o periódicos (yo sé que algunos también aprovechan los viajes para meditar o directamente para dormir…); pero eso del “ebook” era nuevo para mí; así que como ya estaba decidida a que me súper modernizaran de la primera a la última página, también dije que sí: y a partir de ese momento, tengo verdaderas colecciones temáticas de lo que llevo publicado para que pueda ser leído en esos pequeños cacharritos que llaman ebook. ¡Cómo mola! (ahora sólo me faltaría poder hablar un poquito de sánscrito en la intimidad…)

SOY UNA CHICA SABIA Y ESPIRITUAL
200 ENTREV3Todo esto que les cuento ha pasado en estos años; he soportado hasta una crisis en la que vi a muchas de mis amigas revistas y amigos libros y periódicos desaparecer. Pero, como el barquito que atraviesa la tempestad y resiste a vientos y mareas, yo resistí a los recortes como una reina (como una infanta no, como una reina) y aquí estoy cada mes, fiel a mi estilo y a mis principios; con mi cuerpo hecho 100% de papel reciclado como el primer día, a todo color, llena de fotos y dibujos increíbles. Pero sobre todo con el alma plena de sabiduría; la misma que me aportan cada mes personas maravillosas como las que nombré, y a las que se van agregando otras que saben muchísimo, como Juan Manzanera, Daniel Gabarró, Montse Bradford, Lalita Devi, Pablo Veloso, Dokushô Villalba, Ángela Tello, Silvia Candamil, Agustín Prieta, Rafael Navarro,  Luciana Rago, Pedro San José, Sebastián Vázquez, Montse Simón, Fernando Queipo… Pero además de estas personas que me escriben cada mes y me hacen ser una chica súper interesante, bella, sabia y espiritual (entenderéis que no tengo abuela, ¿no?), también he compartido con mis lectores la experiencia y el conocimiento de entrevistados de la talla de Antonio Gala, Rosa Montero, Dalai Lama, Claudio Naranjo, Ken Wilbert, Vicente Simón, Joan Garriga, Deva Premal, Ahimnsalara Ribera, Ronald Fuchs, Sergi Torres, Lea Kaufman, Janú Ruiz, Jutta ten Herkel, Stanislav Grof…

Ya lo veis, mis muy queridos, fieles e imprescindibles lectores de mí misma. Cumplo veinte años, doscientas hijas (perdón, ediciones) y las ganas que tengo de seguir creciendo, aprendiendo y compartiendo con vosotros es inmensa. Tantas ganas tengo, que ya me han dicho los que me hacen que dentro de poco empezaré a tener más brotecitos, es decir, más ejemplares (ahora mismo tengo 12.000 pero me merezco más); la aplicación de la que os hablaba antes se va a renovar; ampliaré mis contenidos para ebooks, superaré las 20.000 visitas al mes que tiene mi web (¡es que me leen en todo el planeta!) y… Quiero tener una nueva sección escrita por vosotros: una especial para que me podáis escribir cartas y decirme si estoy guapa o no, si hay algo que no os estoy contando y de lo que os gustaría tener más información, algún cotilleo (¡me encantan los cotilleos terapéutico-espirituales!) que os interese compartir con el resto de mis lectores… En fin, una sección para vosotros (y vosotras, claro) para incluirlo entre mis páginas de papel, en mi web y en mi Facebook. ¿Os apuntáis? Os dejo entonces mi correo privado: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Será un contacto personal entre vosotr@s y yo que me servirá para mejorar aún más cada mes.

Muchísimas gracias a todos y a todas (lectores, colaboradores y anunciantes) que me acompañáis cada mes desde hace más de veinte años y me dais motivos para seguir viajando, de vuestra mano, a través de este maravilloso camino.

Con todo mi cariño, desde el papel al ciberespacio.
REVISTA VERDEMENTE

Mario Martínez Bidart

Es Periodista y Redactor de VerdeMente
Teraperuta de Yoga Tailandés de el Centro Mandala de Madrid 

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