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Entrevista a Johannes Uske

225 ILUS ENTRE1El conjunto de técnicas psicológicas vinculadas al Bienestar son un elemento a debate constante, entre lo que se supone ortodoxia en su aplicación y la búsqueda de nuevas y tradicionales formas de sanación o equilibrio psicológico. Los registros Akáshicos es una de ellas, que se encuentra en un momento de revitalización. Este mes, presentamos una entrevista con Johannes Uske, que es uno de los más activos renovadores de las técnicas akáshicas, recogiendo aspectos nuevos, que los aproximan más a técnicas de coaching, y reorientando el peso del componente místico.

¿Cómo generar el cambio que realmente queremos? La sociedad actual vive en parte aislada de su entorno. ¿Cuál sería la clave para cambiarlo? ¿Cómo podemos contribuir generando un cambio? ¿Qué tipos de beneficios se obtendrían?

 

La primera clave es el reconocimiento que nos hemos desconectado, no solo uno de los otros, sino de la naturaleza y de aquello que es natural para nosotros mismos. Si podemos ver y reconocer que el modo de vida que hemos generado, por ejemplo, el aislamiento de las generaciones, el afán por el logro, el éxito, la apariencia o la riqueza, el tener que trabajar 8 o más horas en el día… son construcciones sociales, creaciones propias, entonces podemos elegir a cambiarlo.

La segunda clave es la recuperación de nuestro poder creador, un devolvernos la autoridad de intervenir en los procesos de la realidad y la construcción de aquella vida que realmente queremos. Para ello es necesario reconocer que no somos víctimas de las circunstancias, que no dependemos de la economía, de los políticos o de cualquier otra cosa externa para poder cambiar, sino que contamos con los recursos suficientes para crear una transformación desde adentro.

La tercera clave es la construcción de una cultura que evoluciona sanamente y pone foco de modo equilibrado a tres dimensiones:
El progreso en el Hacer
La confianza en las relaciones
La integridad de la persona

En las sociedades occidentales hemos puesto foco casi exclusivamente a la dimensión del hacer, las tareas, el progreso, el crecimiento, descuidando las otras dos dimensiones.
Todavía se aprecia en exceso el competir, ganar, luchar, esforzarse o crecer sin contemplar las consecuencias sistémicas a largo plazo. Quizá nos ayude recordar que somos hojas del mismo árbol de la Vida, hijos de la misma tierra. Si logramos respetar y aprovechar la inmensa riqueza y diversidad humana, podemos generar la armonía, el equilibrio y unidad que en el fondo anhelamos. Pero para eso, necesitamos dar un paso adelante, cada uno de nosotros, y crear confianza en nosotros mismos y los demás mediante una comunicación bien clara y el cumplir de nuestras promesas.
Nos convertimos en agentes de cambio cuando fomentamos valores y principios que están a favor de la vida como el respeto, la colaboración o el trabajo intergeneracional. El cambio vendrá de iniciativas que unen personas de diferentes sectores y clases sociales con el fin de crear visiones compartidas y proyectos que generan una vida digna para todos. Nos hemos hecho expertos en descubrir problemas, en criticar, analizar y estudiar. Pero ahora nos toca salir de la perspectiva limitada que solo trata de resolver problemas o eliminar las debilidades. La nueva base tendría que ser la práctica del aprecio, de la gratitud, del foco en la potenciación de las fortalezas del individuo, de las organizaciones y de los colectivos. Desde esta actitud y la claridad acerca del puerto del destino hacia donde nos dirigimos, podemos movilizar cambios y beneficios de una envergadura extraordinaria. 

 

¿La sociedad actual va hacía algo mejor?

 

Voy a dar dos respuestas a esta pregunta. Primero una respuesta pragmática. Si realmente vamos hacia “algo mejor” o no depende de nadie menos que nosotros mismos. La perspectiva de mejor o peor es un juicio de nuestra mente. Si yo estoy convencido de que vamos para peor y me dejó condicionar por las noticias, las críticas y quejas de los demás, no voy a tener mucha esperanza para una posible mejora. Y la esperanza es un factor fundamental e imprescindible para la creación de un futuro distinto, sin ella es imposible encontrar la motivación o fuerza movilizadora para el cambio.
Necesitamos aprender, incorporar y practicar las habilidades de la creación del futuro. ¿Y qué son exactamente estas habilidades? Es la confluencia de destrezas como la determinación, el liderazgo consciente, la comunicación clara y la capacidad de elegir a conciencia el estado interior (la calidad de las propias emociones, de las palabras y de los pensamientos), para dar respuestas efectivas a los desafíos de la vida cotidiana. Estas habilidades no son características innatas de unos pocos iluminados, sino cualidades que toda persona puede entrenar y aprender.

La segunda respuesta es más esperanzadora y contempla la tendencia evolutiva en el planeta entero. Es cierto que actualmente estamos viendo aparentemente más corrupción, más desafíos, más dificultades. Pero si observamos el cuadro completo, nos damos cuenta de que se han reforzados los extremos, las polaridades en ambas direcciones. Al mismo tiempo que estamos viendo más oscuridad, podemos notar el surgimiento de más luz, más iniciativas colaborativas, modelos económicos innovadores, mayor interés en la espiritualidad, la paz, la meditación, el yoga, la comida ecológica, el cuidado del medio ambiente…
Todo forma parte de un proceso de cambio frecuencial en la tierra que nos lleva indudablemente hacia un planeta más armónico, equilibrado y pacífico. Cuando descubrimos los detalles del fascinante destino que nos espera en el futuro, se nos devuelve la sensación de calma, paz y esperanza que nuestra mente necesita. 

 

En el autodescubrimiento de uno mismo ¿en qué les puedes ayudar? 

Muchos estamos en el camino del crecimiento personal, la evolución espiritual, habiendo descubierto lo bien que hace sentir aprender algo nuevo, superar un miedo o un bloqueo y encontrar cada vez más fortalezas internas para salir adelante y poder ayudar a los demás. Mi contribución puede ser liberar este camino evolutivo del sufrimiento, de la sobreexigencia y de la frustración que brotan cuando tratamos de ser más espirituales, más amorosos, más compasivos de lo que somos capaces de ser en un momento dado. En muchas ocasiones corremos detrás de falsos ideales espirituales, haciendo de nuestro progreso espiritual un objetivo más, aplicando los mismos modos del “progresar” que usamos en la vida laboral a nuestra vida espiritual. Y con ello nos perdemos en los esfuerzos del mejorar, hacer y luchar, consumiendo nuestras energías hasta un fastidioso agotamiento que nos desconecta de la alegría de vivir. Veo mi función en hacernos recordar que la magia de la existencia está en las cosas sencillas, en la exploración de nuestra autenticidad y espontaneidad, en la búsqueda y creación de una vida alineada con las prioridades del Alma. Me fascina facilitar un despoje de todo aquello que ya no necesitamos para poder entrar en un genuino goce de la vida.

En tu nuevo libro “La mejor versión de ti” ¿Cuáles serían las claves para su manifestación?

En primer lugar, necesitamos tomar nuestros pensamientos menos en serio. Damos un excesivo valor a lo que la mente nos dice, sobre todo cuando ella nos habla en tonos críticos o lastimosos. Para ello nos ayuda conocer a y observar los patrones de nuestra mente, de nuestra personalidad o del ego. Reconociendo que no soy la mente, que ella en ocasiones piensa sola, sin que el yo esencial interviene a conciencia, es un paso enorme. Desde allí puedo decidir soltar los viejos patrones de la crítica, la queja, la comparación, la lucha, la envidia, el sentirme ofendido o querer tener la razón siempre…

 

En segunda instancia nos toca ser amorosos con nosotros mismos. Y soy el primero en admitir que puedo ser muy exigente conmigo y que no siempre consigo tener paciencia conmigo y con los demás. Admitiendo mis debilidades, inseguridades y miedos me permite mostrarme más humano, más cercano y auténtico. Cuando dejo de intentar ser alguien que no soy, abro las puertas a encuentros llenos de sinceridad, presencia y cariño.

La senda hacia la “mejor” o verdadera versión de mí mismo me lleva indudablemente al enfrentamiento con mi sombra, las facetas de mí que no me gustan, que quiero olvidar, esconder o hacer desaparecer. No puede haber ninguna revelación de la preciosa esencia del Ser sin atravesar los oscuros pasillos de mi vulnerabilidad, miedo o inseguridad.

La buena noticia es que el encuentro con estas facetas desagradables de nosotros mismos, que nos genera tanto temor, es mucho menos grave de lo que la mente se lo imagina. Al otro lado de este túnel nos espera un nuevo prado de la vida con desconocidos sentimientos de plenitud, amor y deleite.

Solo hace falta agregar una gota de entendimiento del proceso de transformación en el cual se encuentra la humanidad y cada individuo. Si sabemos de dónde a dónde nos lleva el cambio, si comprendemos el fascinante destino que está por venir, podemos enfrentar la incertidumbre con la calma que necesita el Alma. Y el libro delinea los detalles de este extraordinario proceso que tan intensamente vivimos todos. 

 

225 ENTRE2Defines los Registros Akáshicos como una memoria universal de la existencia, un espacio multidimensional dónde se archivan todas las experiencias del alma incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida presente y las potencialidades futuras. ¿Qué es lo que permite descubrir lo que realmente somos? 

 

La voluntad de indagar en la verdad interior y la persistencia en la mejora de los modos de cómo hacerlo. En dónde existe la voluntad, existe un camino. Y cuando el alumno está preparado, aparece el Maestro, el aprendizaje o la solución. Este descubrimiento de quienes somos verdaderamente no es un destino final, no es una cumbre a conquistar. Es un viaje en el que afinamos nuestros sentidos sensoriales y extrasensoriales, permitiéndonos a cuestionar nuestras suposiciones y a descubrir algo nuevo que no hemos podido captar anteriormente. Es un trayecto que nos invita a revisar nuestras actitudes y creencias, nos insta a adentrarnos a nuevas dimensiones de sinceridad, vulnerabilidad, apertura y presencia. Nos lleva a estar más disponibles para el juego con la vida, el Amor, el servicio o el encuentro.

En otras palabras, no necesariamente necesitamos comprender las vidas pasadas para despertar o descubrir quiénes somos. Los Registros Akáshicos nos pueden hacer un regalo mucho más grande, nos pueden ayudar a dejarnos de tonterías o largas explicaciones y facilitarnos un volver a lo sencillo, natural y auténtico en el momento presente, abriéndonos la puerta a la revelación de nuestra propia verdad y nuestro auténtico poder. 

 

¿Qué es el Propósito de Vida? 

 

La pregunta de las preguntas. ¿Cuál es mi misión?, ¿para qué estoy aquí? ¿Qué debo hacer? Quién no se ha hecho estas preguntas en su camino de autoindagación.

Sin darnos cuenta solemos sustituir la pregunta por el propósito con la pregunta del qué debo hacer; y son dos cosas distintas. La creencia común es que existe un único y gran propósito de la vida, que debemos hacer algo especial y con ello cumplimos con la misión. Aquí tenemos la oportunidad de cuestionar nuestras suposiciones, como sugerí anteriormente. Estoy convencido de que no existe un solo propósito en el hacer, una aislada tarea especial por realizar. Al contrario, cada ser humano tiene por lo menos dos propósitos centrales: el propósito primario y el propósito secundario. La misión tiene muchísimo más que ver con quién eres que con aquello que haces. Las personas nos identificamos excesivamente con el rol que empleamos o el trabajo. Perdemos de la vista lo principal: El propósito primario es la realización de tu máxima potencialidad como ser humano en la Tierra. Es alcanzar la realización de tu verdadero potencial, convirtiéndote en la virtuosidad de tu Alma, expresando y emanando las virtudes divinas como la alegría, la compasión, el entusiasmo o la paz. Es recordar quién eres realmente a nivel del Alma, manifestando la identidad como creador o creadora.

El propósito secundario es llevar la identidad esencial a la vida cotidiana, es la práctica de las virtudes del Ser en tu trabajo, tus relaciones, tu día a día. Es aplicar la creatividad, la pasión, la innovación o la empatía, haciendo sabio uso de tus dones, talentos y tiempos para dejar un legado digno en el ojo de tu propia Alma. Es brindar un aporte valioso que contribuye a la creación de ambientes y entornos en dónde las personas puedan ser auténticamente ellos mismos sin necesitar de falsas máscaras, en dónde pueden expresar sus verdaderos sentimientos y encontrar la escucha, el amor, y el ambiente que su alma necesita para florecer. Representa tu modo particular de crear el “cielo en la tierra”, sea dónde sea que estés. 

 

¿Cuáles son tus siguientes proyectos?

 

Estamos creando nuevas formaciones presenciales y online que no solamente enseñan las técnicas de cómo abrir y leer los Registros Akáshicos o Archivos del Alma. Estamos diseñando un proceso mediante el cual la persona se convertirá en terapeuta akáshico o espiritual. Queremos que conozca todas sus fortalezas, dones y capacidades y logre la confluencia de todos sus aprendizajes, disciplinas y técnicas para que pueda volcar a su terapia o servicio la mejor versión de sí mismo. Es un salir de copiar técnicas de otros para poder brindar al mundo algo auténticamente único y personal.

Para las personas que quieren aprender a leer los Registros Akáshicos, hemos preparado un video curso gratuito que pueden acceder en www.cursoregistrosakashicos.com.

 

Acerca de Johannees Uske

Johannes Uske, desarrolla gran parte de su experiencia vital en Barcelona desde el año 2013. Ha desarrollado gran parte de su actividad en Gran Bretaña, y Latinoamérica. Ha realizado una revisión profunda en torno al concepto sanador desde criterios psicológicos de los registros Akáshicos y su aplicación en grupos, mediante la comprensión espiritual sincrética y la aplicación de nuevas técnicas complementarias. La publicación de su nuevo libro, La mejor versión de ti (Letrame, grupo editorial), recoge gran parte de estos elementos fundiéndose una visión tradicional, con criterios próximos al coaching.

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