Logo

¡Levántate y Anda! Tu enfermedad no determina tu vida

Hace unos meses recibí un correo con una consulta de una mujer, que me pedía consejo debido a su enfermedad, que podía volverse crónica e incluso mortal. Me preguntaba, básicamente, cómo podía sobrellevar la enfermedad. Yo, me pregunté ¿qué consejo puedo darle? ¿Cómo puedo ayudar a una persona enferma? Y enseguida lo supe. Ella no estaba enferma. Eso es lo que se decía a sí misma, pero, en realidad, estaba perfectamente sana. 

EL ERROR DE CREERME ENFERMO 

Ocurre todos los días, en cientos de miles de hospitales del país. Una persona con una bata blanca entra discretamente en una habitación, cabizbajo/a, y diagnostica al paciente con una enfermedad grave. Le explica que la medicina ya no puede paliar sus síntomas, convirtiéndola así en una persona enferma. Puede que sea una enfermedad crónica, o puede que sea una enfermedad mortal. 

En ese momento, surge un sentimiento de temor por parte del paciente. “Yo, ¿voy a morir?” se pregunta. Segundos después, aparece otro pensamiento opuesto: el deseo inmediato de sanarse.  

La historia que os acabo de explicar reproduce un patrón de conducta común en la gran mayoría de los pacientes. Primero nos aferramos a la enfermedad y a sus consecuencias y, luego, nos invade la profunda convicción de que debemos luchar contra ella. No digo que, a priori, no sea normal adoptar esta actitud. Sin embargo, asumir que uno/a está enfermo es un inmenso error. Y, como cualquier error, lo único que hace es condenarnos al sufrimiento. 

PERO, ¿QUIÉN ES EL YO? 

En la frase inconsciente, “yo voy a morir”, hay dos ideas implícitas: por un lado, hay una muerte y, por otra, la de un “yo”. En la afirmación “yo estoy enfermo”, también reside la idea de una enfermedad y, además, de un “yo”. La declaración “yo debo sanarme” muestra, como las anteriores, el mismo esquema.  

Esto nos indica que siempre existe un YO permanentemente presente. Por ello, deberíamos preguntarnos: ¿qué quiere decir ser yo? ¿a quién me refiero cuando hablo del yo? Y, al hacerlo, es casi seguro que todos y todas nos descubramos hablando, aunque sea indirectamente o implícitamente del cuerpo. Y ese, es otro error. 

Asociar el cuerpo con el yo es una terrible equivocación. Pensad un momento en lo siguiente: vuestro cuerpo no es el mismo que cuándo eráis un bebé, ni será el mismo dentro de treinta años. Aun así, el “yo” sigue siendo el mismo. Vuestra esencia no ha variado independientemente de vuestro cuerpo, aunque ésta se exprese en él. 

213 gabarro

El cuerpo es el vestido del yo, simplemente eso. Si el cuerpo fuera mío, este me obedecería a mi merced. El hecho de que el cuerpo enferme, se canse o tenga hambre, son indicadores que me recuerdan que yo solo lo habito, es un vehículo y, como tal, tiene sus necesidades. Cuando nos damos cuenta de que somos conciencia que se expresa a través del cuerpo, podremos entender que el cuerpo puede morirse, pero no lo que reside en su interior.  

Por lo tanto, no debemos identificarnos con el cuerpo porque, si no, sufriremos al pensar que habitamos un cuerpo enfermo. Pero, si hago un pequeño ejercicio de conciencia, descubriré que no soy yo, sino que es el cuerpo quién vive una enfermedad.  

LA OPORTUNIDAD DE LA ENFERMEDAD 

Una vez asimilado lo anterior, podremos usar la enfermedad como usamos todo lo que ocurre en nuestra vida, para liberarnos, para descubrir quién soy yo más allá de las formas. De esta manera, podrás centrarte en ti, puedes despertar, puedes resucitar. 

La enfermedad, pues, es una oportunidad para oír las palabras de la vida diciéndome: ¡levántate y anda! O, lo que sería lo mismo, “descubre tu esencia y exprésate”, “despierta y vive”, “descúbrete a imagen y semejanza de la divinidad”.  

Cuando descubras que tu forma es, solamente, un vestido y que lo que importa es la conciencia que se expresa, podrás abrazar la enfermedad como una ocasión única para descubrir tu esencia. De lo contrario, obtendremos sufrimiento ante el pensamiento de la muerte, ante la creencia de que la enfermedad habita en ti. 

BENDECID LA ENFERMEDAD 

Debemos bendecir todo lo que ocurra en nuestra vida, incluso si la enfermedad llama a nuestra puerta. Cada piedra a lo largo del camino nos ayuda a descubrirnos y, sin estos vaivenes a veces incomprensibles, sería imposible hacerlo. Así pues, es con el contraste con el exterior que descubro quién soy yo. 

Todo lo que ocurre forma parte de mí y me ayudará a conocerme siempre que tenga claro que yo no soy el cuerpo, que yo no soy las dificultades, que yo no soy los sentimientos.  

Por ello, concédete un descanso y deja caer la idea de que la enfermedad es mala. Cada elemento cumple con una función. En lugar de poner la atención en el cuerpo o en la enfermedad, ponla en la mente, que es el lugar donde podemos encontrar la felicidad. La verdadera enfermedad es creer que necesitamos ciertas circunstancias para ser felices, que sin ellas no podemos conseguirlo. 

Recuerda que no has nacido en este cuerpo biológico para evitar la gripe o el cáncer. Has venido a este mundo para aprender a amar y a ser feliz al margen de lo que te toque vivir o, incluso mejor, gracias y a través de lo que te toque vivir. Solo así, podrás descubrirte. 

DESENMASCARAR LA VISIÓN DE LA ENFERMEDAD 

Por último, te invito a descargarte un capítulo de mi último libro “21 creencias que nos amargan la vida” que encontrarás en www.danielgabarro.com/verdemente

En él reafirmo que no creamos la realidad o las enfermedades con la mente, sino que simplemente vivamos lo que nos corresponde. Esta idea te ayudará a descubrir una visión de la enfermedad que no culpabiliza, sino que toma la valentía necesaria para seguir andando.

 

 

 

 

Las montañas de las que hablamos no son lugares geográficos a los que vamos de excursión o acudimos a esquiar. En realidad, hablamos de los obstáculos de la vida. Son los problemas que queremos superar para vivir felices, aquí y ahora. La expresión “mover montañas” significa, en realidad, superar cualquier dificultad en mi vida, liberarte del sufrimiento.

Para ayudarte en este proceso de liberación, de desprenderte de tus obstáculos, te animo a entrenarte. Te animo a descargarte gratuitamente el libro “21 creencias que nos amargan la vida... y cómo superarlas para ser más felices”. Por un lado, el libro aborda 21 creencias socialmente falsas que nos dificultan la vida para que compruebes que son falsas. Luego, te sugiere cuál es la realidad cierta para que lo verifiques y te ofrece herramientas concretas de entrenamiento para que las integres y transformes en tu día a día. Así darás fe de una vida sabia. Puedes descargarte gratis el libro en www.danielgabarro.com/verdemente.

Te deseo un entrenamiento feliz y que puedas dar fe de lo que vives, porque los resultados internos y externos demuestren que sí vives con sabiduría. 

VERDEMENTE S.L. - 2019 - © Todos los derechos reservados