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Los Secretos del Yoga (II)

ILUS 237 RAMIRO wEn mi anterior reportaje escribí sobre los secretos del yoga, pero ahora quiero hacerlo sobre los del verdadero hatha-yoga. Esta modalidad yóguica es una de las más falseadas, adulteradas e incluso prostituidas. Fueron parte de los primeros mentores que llevaron el yoga a América los que lo falsearon para mercantilizarlo y lo convirtieron en una enrarecida fusión de elementos gimnásticos, poniendo un desmesurado énfasis en el asana-contorsión y dando lugar a lo que se podría denominar el "yoga americanizado". Incluso se daba la bienvenida a campeonatos de asanas o se acentuaba el culto y apego por el cuerpo y, desde luego, al jactarse narcisistamente de ejecutar los asanas más enrevesados y, por cierto, inútiles.

El genuino hatha-yoga encuentra su origen en la escuela de los Natha, entre los que destacaban Matyendranath y Goratnath, y se consolida en textos como el Hatha-Yoga Pradipika, el Shiva Samhita y el Gheranda Samhita, donde se da rienda suelta a todo tipo de exageraciones y abundancia de efectos milagreros de sus técnicas, pero que son de obligada lectura para el especialista en hatha-yoga.
El hatha-yoga cuenta con diferentes técnicas:

  • Asanas o determinadas posiciones corporales, ensayadas y experimentadas a lo largo de siglos, que tienen por objeto servirse conscientemente del cuerpo para no solo favorecer éste, sino también estabilizar la mente y pacificar las emociones. El trabajo consciente sobre el cuerpo a través de los asanas, unifica y ensancha la consciencia, sintoniza mente y cuerpo, favorece la integración psicosomática y activa el sentido de la introspección. En el verdadero hatha-yoga las posturas se mantienen un tiempo determinado y de ese modo se incrementa el estiramiento muscular, se acentúan los masajes a vísceras y órganos, se estabiliza la acción cardiaca y se permite una más estrecha captación de las funciones corporales. Las combinaciones para los programas son muy diversas, puesto que hay miles de asanas, aunque unas veinte son los más esenciales. En nuestra web (www.ramirocalle.com) pueden encontrarse tablas de asanas para cada día de la semana.
  • Pranayama. Son ejercicios muy elaborados y verificados de control respiratorio, que no solo revitalizan el cuerpo y lo fortalecen, sino que ayudan a frenar el pensamiento mecánico y hallar un estado de equilibrio y sosiego. Tan importante es el pranayama, que ha habido grandes maestros que han asegurado que sin pranayama no hay hatha-yoga. Prana es la fuerza vital y el pranayama ayuda a reorientarla y administrarla.
  • Mudras y Bandhas. Son valiosas técnicas tendentes a la conservación de la energía o prana y que facilitan un estrecho control sobre determinados músculos y funciones, aumentando la toma de consciencia del cuerpo. Se combinan parte de ellos con los pranayamas y ayudan a un notable dominio neuromuscular, redirigiendo y gestionando el prana, que no solo opera en el cuerpo, sino también en el órgano psicomental.
  • Shatkarmas. Son técnicas muy eficientes para limpiar e higienizar el cuerpo, pero que tambien favorecen el armónico flujo de energías. Se clasifican en seis grupos: 
a) Dhauti: limpieza de la boca, la garganta y el recto.

b) Basti: limpieza de los intestinos.
c) Neti: limpieza de las fosas nasales.
d) Nauli: purificación de los intestinos y fortalecimiento de los músculos abdominales.
e) Trataka: limpieza de los ojos.
f) Kapalabhati: limpieza de los senos frontales.

La ejecución de las técnicas del hatha-yoga exige mucha atención, y de ese modo, además de los beneficios fisiológicos, se consiguen los mentales y emocionales. Hay que estar muy atento durante la ejecución de todas las técnicas y por supuesto de los asanas, que deben atender los siguientes requisitos:

  • Ejecutarse con lentitud, tanto al hacer el asana como al deshacerlo.
  • Realizar el asana con máxima atención, sintonizando el cuerpo y la mente.
  • Mantener el asana el tiempo requerido, porque en el verdadero hatha-yoga -como ya hemos apuntado- todas las posturas se mantienen, con lo cual los beneficios psicosomáticos se intensifican.
  • Estar atento a las sensaciones, masajes, estiramientos y presiones que el asana produce en el cuerpo.
  • Adaptarse a la postura, pero también adaptar la postura a uno.
  • Evitar cualquier esfuerzo excesivo tanto al hacer como al deshacer la postura.
  • Seguir la sesión de asanas de ejercicios de control respiratorio y relajación profunda.
  • El hatha-yoga, de acuerdo a los textos clásicos, se convierte en una escalera hacia el radja-yoga o yoga mental. En la verdadera tradición del hatha-yoga jamás se ha contemplado éste como una gimnasia o actividad deportiva. Nada más aberrante con respecto a las fuentes y logros del genuino hatha-yoga, que trabaja en tres planos: Somático, Energético y Psicomental.

Como explica muy bien el escritor y editor Alvaro Enterría en mi obra "Yoga, Método Ramiro Calle", incluso ahora en la India se hace una diferencia entre Yug y yogá. Yug es el genuino yoga en tanto que yogá es el "yoga" que, adulterado en Occidente, ha regresado a la misma India. Un yoga desvirtuado, fragmentado y que pone obsesivamente el énfasis en el cuerpo. Pero lo tristemente paradójico es que este tipo de "yoga" fue el mostrado y alentado por buena parte de los maestros hindúes que viajaron a Estados Unidos. Unos difundieron un "yoga" marcadamente religioso, hasta lo empalagoso, y otros un "yoga" gimnástico y de sesgo contorsionista. Pero el verdadero yoga seguirá imponiéndose, como lo lleva haciendo a lo largo de más de cinco mil años.

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