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Se aprende a meditar, meditando

248 RAMIROMe lo han preguntado infinidad de veces: "¿Cómo se aprende a meditar?" Y respondo: "A meditar se aprende meditando". No hay ningún secreto en la meditación. Es un método milenario para atender, cuidar, sanear, dirigir y estabilizar la mente. Está al alcance de cualquier persona. Su alcance es enorme, siempre transformativo
Aunque la meditación es una como tal, hay infinidad de técnicas: de perceptividad, de visualización, técnicas de ensimismamiento, de recitación de mantras, de observación atenta y ecuánime y otras. ¿Por qué hay tantas técnicas? Porque cada persona tiene que tantear, tiene que hallar la técnica que se aviene con su naturaleza y temperamento y en esa técnica tiene que profundizar. Unos optaran por la meditación zen, otros por la vipassana, otros por la meditación contemplativa de S. Juan de la Cruz o de los sufíes, etcétera.
La actitud meditativa consiste en parar, recogerse, detenerse, interiorizarse, desconectar del mundo. El mundo no se va a parar por eso; los que tenemos que parar somos nosotros.

Cualquier tipo de meditación siempre estriba en controlar las ideaciones, el suspender los pensamientos mecánicos, el interiorizarnos, el conseguir una unificación del cuerpo y de la mente, el estar siempre en el aquí y el ahora, evitando tanto recuerdos como ensoñaciones.

En suma, toda técnica de meditación es una técnica de contención del pensamiento, cuyos frutos luego vamos a poder llevarlos a la vida cotidiana. Porque se trata de aprender, no sólo a pensar, sino de algo infinitamente más importante: a dejar de pensar. A través del silencio recobraremos la vibración de mayor pureza de un ser humano que es la quietud interior que nos limpia, restaña viejas heridas abiertas, nos recentra y unifica nuestra consciencia. Y para realizar todo esto, se requiere esfuerzo y constancia.

Hoy en día ha retomado mucha fuerza la meditación vipassana o de visión penetrativa, consistente en observar con atención pura y máxima ecuanimidad el surgir y desvanecerse de los propios procesos psicofísicos: cuerpo, sensaciones, percepciones, contenidos mentales y consciencia. De esa manera se obtiene una visión cabal de la realidad, más allá de las apariencias y que libera la mente de avaricia, odio y ofuscación.

Foto de Nacho Vidal Morán de un monje de Sarnath leyendo "Enseñanzas de Meditación Vipassana”, de Ramiro Calle (Editorial Kairós).

 

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